lunes, 29 de noviembre de 2010

Con mucha dignidad

Mi cama y mosquitera eran como mi casita, mi proteccion. Eso senti la primera noche que conoci mi casa, mi casa de la Comunidad de Venecia y digo y repito mi casa por que asi lo senti. Pero esa noche mi primer contacto con ellos aunque me recibieron con los brazos abiertos apenas dormi. Al dia siguiente todo fue diferente, en pocas horas me senti una mas. Salia y entraba de las casas como si estuviese en mi pueblo, y es que esa gente te lo da todo se que es algo que ya han escuchado pero es la verdad. Comparten su comida, su casa, su intimidad, su familia, su vida... Aqui a los niños se les enseña el respeto desde que nacen, el compartir valores que me impactaron por que nada tiene que ver con los nuestros. Alli el que es generoso aqui pasaria desapercibido completamente. 



Hubo una tarde, las niñas me pidiron que enseñara las cosas que tenia en mi mochila... comence a enseñarselas y no pude evitar emocionarme a medida que sacaba cosas y ellas las tocaban, las miraban con un cuidado que nunca antes lo habia visto. Miraban una y otra vez un paquete de pañuelos, mi pasaporte... todo con mucho cuidado. Doña Maria, la que fue mi madre por unos dias no dejaba de decirle no los dañen, les regale cosas pero cosas simples pañuelos de papel, tiritas... y parecia que les habia dado el mejor regalo de su vida. Fue muy emocinante para mi ver el valor que les dan a las cosas, el cuidado por ellas. Pero no solo te sorprende eso hay muchos otros, Doña Maria me contaba una tarde mientras haciamos tortitas su vida, lo feliz que fue con sus 13 hijos y 38 nietos. No solo me sorprendio su manera de explicarme, sino el cariño que mostraba por los suyos.
Pobres muy pobres pero con mucha dignidad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me ha encantado este post!